martes, 7 de enero de 2020

SUPERNOVA

Has sido el centro
del cosmos,
atrayendo hacia ti
cualquier molécula de vida.

Has brillado como ninguna,
imponiendo tu reino,
dejando ciego
a cualquiera que osara mirarte.

Has abrazado con el calor
de tu cuerpo
al moribundo
que moría de frío.

Has iluminado el camino
con tus rayos
al desorientado
que no atinaba el rumbo.

Has sido venerada
a lo largo de la historia
por tu divinidad
impasible en las alturas.

Y yo,
he intentado alcanzarte,
te he contemplado,
he pasado frío,
he estado perdido
y te he rezado.

Pero aún recuerdo aquel día
en el que brillaste como nunca,
y en ese momento supe
que habías muerto,
que si aún me llegaban atisbos
de tu luz y polvo estelar,
eran a la par un espejismo
y una certeza
de que estabas a años luz
de mí.


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