Cada mañana,
sobre las seis y media,
al alba,
paso por delante
de la fábrica
de caramelos,
e imagino
la típica fábrica
sombría y lúgubre,
de trabajadores infelices
y maquinaria pesada
oxidada,
y pienso,
cómo de algo
tan gris,
nace algo
lleno de color.
Supongo que sucede lo mismo cuando nacemos.
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